Existen muchas historias referentes al descubrimiento al café tal como lo conocemos, algunas remontan hasta el año 1140 en países tan distintos como Absinia, Etiopía o Arabia. Con descubridores tan diferentes como pastores o monjes y ya sea con intención o por accidente, el hecho es que hoy podemos disfrutar de una deliciosa taza de café por la mañana.

 

En México, ésta es una de las bebidas más populares y su producción en el país es tan amplia que actualmente es el onceavo productor a nivel mundial.  Introducido desde 1795, es un cultivo de una enorme trascendencia desde el punto de vista no sólo económico y social, sino cultural y ecológico.

 

Llegado en los barcos de inmigrantes franceses, su producción inició en Córdoba Veracruz, permitiendo desarrollar y generar bienestar en la zona donde sus habitantes comenzaron a organizarse para aprovechar el cultivo, generando cadenas de valor al integrar a los miembros de la comunidad para procesarlo, transportarlo y comercializarlo.

 

De acuerdo a datos publicados en Comercio Exterior de México, por Don Miguel Lerdo de Tejada en los años de 1802, 1803 y 1805, se exportaba café en proporciones de 272, 483 y 336 qq (un quintal era una antigua unidad de peso española que equivalía a 46kg), este café se cree era originario de Córdoba.