La tarde de este jueves los restos del empresario queretano Juan Arturo “pollo” Torres Landa, fueron velados en el lugar que vio nacer y crecer bajo sus cuidados y que quiso como si se tratara de uno más de sus hijos: la Plaza de Toros de Provincia Juriquilla.
Sus restos mortales fueron llevados hasta la capilla del lugar, en donde permanecieron hasta las 5 de la tarde, hora en la que dio inicio una misa de cuerpo presente en los medios medios de la plaza; antecedida de pasodobles que desde el tendido de sol, interpretó la banda de música que tantas tardes amenizó las estupendas corridas que su empresa realizó.
Las muestras de afecto para su viuda, la señora Lupita Urquiza e hijos, fueron sentidas e innumerables; así como la llegada de personalidades del mundo de la tauromaquía, entre los que se puede mencionar a Pablo Hermoso de Mendoza, quien lo recordó como un extraordinario amigo y excelente compañero de viaje.
“El dolor de perder a uno de mis mejores amigos, que me enseñó la idiosincrasia de México; que me relaciono y además un compañero de viaje fantástico… no había otro como él”, comentó el afamado rejoneador.
Así el emblemático queretano, empresario taurino, anfitrión estupendo, entró por última vez a su plaza para despedirse de ese lugar que tantas satisfacciones le dio en vida.
Su partida fue en la madrugada de este jueves, acompañado por su esposa, hijos y amigos más cercanos. Murió a causa de un cáncer de hígado y en la médula ósea, que ya habían alertado de su delicado estado de salud en ocasiones previas.